A medida que logra apoyos para estar presente en la cumbre financiera de Washington del 15 de noviembre, España articula sus propuestas y sus argumentos. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, consideró "muy importante", si no imprescindible, que España esté en la cumbre ya que, en su opinión, tiene "mucho que aportar" en una discusión que no puede limitarse a "seis o siete países", porque afecta a todo el mundo.

El alto cargo aseguró que España puede aportar su experiencia en el desarrollo de un sistema de supervisión y regulación financiera de reconocido prestigio internacional y en el diseño de estrategias anticrisis elogiadas por todo el mundo. Es el caso de la obligación que, en los años de bonanza, se impuso a la banca para guardar cantidades adicionales en sus provisiones. El diseño del fondo de garantía de depósitos --"más flexible y con una mayor implicación del sector privado", según Vegara-- es otra experiencia anticrisis que España puede exhibir como ejemplar. "Tenemos la experiencia de unas crisis en los años 70 y 80, que nos hubiera gustado no vivir, pero de las que aprendimos", explicó Vegara.

En el debate mundial sobre un nuevo orden financiero internacional, España defenderá el desarrollo de "un marco regulador mínimo, pero elevado" al que deberían someterse todos los territorios, incluidos los paraísos fiscales. Según la posición española, el FMI debe asegurar que todos los países cumplan esos "estándares mínimos" sobre transparencia y sobre "resistencia" de los mercados financieros en situaciones adversas, así como una regulación prudente.

Además, según las líneas presentadas por Vegara, "es necesario reflexionar" sobre cómo se incorpora el nivel de deuda de familias y empresas en la regulación de las instituciones financieras y en la política monetaria. Un quinto eje propone "un cambio de cultura en el gobierno de las empresas financieras".