España tendrá en 2012 un crecimiento negativo del 1 %, según las perspectivas para el ejercicio de la división de banca privada de Bank of America Merrill Lynch. El director de Inversiones para España de la firma, Alberto Spagnolo, ha explicado hoy que "aún no hemos pasado lo peor", al tiempo que ha señalado las dos mayores debilidades de España: la pendiente reestructuración del sector financiero y la excesiva dependencia de España de la financiación privada exterior. En su opinión, aunque "no hay que ser catastrofista", España no está de ninguna manera mejor que Italia, y ha señalado que si el Consejo Europeo no alcanza la semana que viene acuerdos importantes, ambos países podrían tener que acudir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

No obstante, ha dejado claro que "una cosa es pedir ayuda y otra ser rescatado", y ha explicado que España no va a quebrar ni va a salir del euro. El nuevo Gobierno de España, ha añadido, podría acudir al fondo de rescate para crear un "banco malo" en el que agrupar los activos tóxicos procedentes del sector inmobiliario, como el que "está funcionando ya en Irlanda". En este sentido, Spagnolo ha recordado que, a diferencia de España, en Irlanda se ha producido ya la corrección del precio de los activos inmobiliarios, que ha sido de entre el 30 % y el 40 %. Por lo que respecta a la creación de un "banco malo", ha indicado que BOAF Merrill Lynch es más partidario del saneamiento de estos activos entidad por entidad, liquidando las que fuera necesario. Ahora el país tiene la posibilidad de desmarcarse de los países periféricos de la zona del euro, ha añadido, siempre que haya coordinación en Europa y cuente con el respaldo de sus socios.

En la lista de tareas pendientes, además del saneamiento del sector financiero y la reducción de la dependencia de la financiación exterior, ha señalado la reestructuración del sector público y la mejora de la competitividad. Para ello es imprescindible ajustar los salarios, como ya están haciendo "con éxito" en Irlanda y llevan años practicando en Alemania, además de favorecer las exportaciones para compensar la caída del sector de la construcción. Tras dos años de crecimiento negativo del crédito privado, éste sigue sin fluir y la morosidad no para de crecer, y al no haberse producido una corrección en el precio de la vivienda, ésta no se ha vuelto más accesible pese a los bajos tipos de interés.

Lo que no tiene España, según el directivo, es un problema de financiación de la deuda pública, sino de endeudamiento del sector privado. La renta variable española, "no interesa" a la entidad, que apenas la incluye en sus carteras si no es de manera "muy diversificada", por el excesivo peso de bancos y eléctricas, dos sectores en proceso de reestructuración al que aún le queda mucho recorrido. En concreto, el déficit de tarifa sólo se corregirá subiendo la factura de la luz o repercutiéndolo en los márgenes de las empresas.