El automóvil es uno de los sectores en los que se aprecian con más claridad las diferencias de España con otros países europeos en cuanto a la importancia de la producción local. De los 1,5 millones de coches matriculados en el 2006, solo una cuarta parte fueron producidos en las 16 factorías que hay en el país. Esa proporción ha ido descendiendo desde el 35% en el 2003 al 25%. En Alemania, los turismos de fabricación nacional representan un 63% de las ventas; en Francia, el 54% y en Italia, el 30%.

"España no ha tenido marcas excepto Seat, a diferencia de Alemania y Francia", asegura Vicen§ Aguilera, responsable de automoción de los ingenieros industriales catalanes, como explicación de la pérdida de peso de las matriculaciones de coches made in Spain . Sin embargo, los tres modelos más vendidos (Renault Megane, Ford Focus y Seat Ibiza) se fabrican en España, aunque "más del 90% de los compradores desconocen dónde se ha producido su coche", añade Aguilera.

Patriotismo industrialLos compradores de pañales y de compresas de la compañía Arbora-Ausonia quizá se sorprendan al leer en el envoltorio que están producidos en las fábricas de Montorn¨s (Barcelona) y Xixona (Alicante). Pero esa información tan precisa es la excepción que confirma la regla de camuflar o diluir el origen de los productos en una economía cada vez más globalizada, y en la que los consumidores españoles no destacan precisamente por su patriotismo industrial al dar muy poca importancia al lugar de fabricación, según los sindicatos y las organizaciones de consumo.

"Nos sentimos orgullosos de nuestras fábricas y por eso damos esa información a los consumidores, que la agradecen", afirma al respecto Gloria Codinas, responsable de comunicación de Arbora-Ausonia.

Poca concienciación

El sindicato UGT acaba de abrir, en colaboración con una asociación de consumidores, una plataforma conjunta para "aumentar la conciencia de los compradores sobre la importancia de un consumo responsable, aunque es un reto complicado".

Entre las iniciativas están los boicots contra los cierres salvajes de fábricas por parte de multinacionales. "Tenemos poca experiencia, pero hemos comprobado su eficacia. En el caso de Samsung --que cerró una planta en Cataluña--, a los pocos días de anunciar la campaña en contra recibimos la visita de un alto directivo preocupado por el impacto en la imagen", destacan. Eva Granados, de UGT, dice que el objetivo es "informar a los trabajadores y consumidores de las prácticas poco responsables de algunas empresas". Jesús Ribera, responsable de textil y química de CCOO, admite que el consumidor aún no es sensible al origen de los productos: "Compra barato y no es consciente de las condiciones de fabricación".