Los hogares españoles gastaron más en vino durante el primer trimestre del 2018, un 2,7% superior en términos interanuales hasta alcanzar un total de 237 millones de euros y 89 millones de litros, según los datos publicados este miércoles por el panel de alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), que lo atribuye al consumo de vinos de mayor valor a pesar de consumir un 0,7% menos, casi siete millones más que en el primer periodo del 2017.

Más cerveza aunque menos gasto

A pesar de ser los terceros productores mundiales de vino -después de Italia y de Francia-, los españoles tienen predilección por la cerveza, es más barata y se consume como un refresco, una costumbre que empezó a decantarse en los años setenta tras un segundo milenio con gran presencia vinícola en la península. De hecho, el consumo de cerveza inició el año con subidas del 1,5% en volumen y del 3,8% en valor, hasta alcanzar los 176,5 millones de litros y los 220 millones de euros, respectivamente, pero a precios más altos (+2,3% hasta los 1,25 euros/litro), manteniendo por tanto una tendencia similar a la del cierre del 2017.

Menos consumo de vino aunque de mayor calidad

Tanto el vino con Denominación de Origen Protegida (DOP) como el vino sin Indicación Geográfica Protegida (IGP) ni DOP, las dos categorías más consumidas en España, mantienen una tendencia similar de una ligera caída en volumen, pero con un aumento en valor. Sin embargo, los vinos con IGP han disparado sus ventas en alimentación más del 60% en volumen y del 75% en valor, a precios además que suben un 8%.

El observatorio ha explicado que este encarecimiento no ha afectado a este tipo de vino, como sí ha ocurrido con los cavas y espumosos con DOP, cuyo consumo ha caído un 13,6% en volumen y algo más del 6% en valor.

De esta forma, los datos reflejan que los hogares españoles enfocan actualemente su consumo y su preferencia a la hora de comprar vinos a los de mayor valor añadido.

Respecto a las bebidas espirituosas, subieron un 0,8% en volumen, hasta los 7,7 millones de litros, y una caída del 1,7% en valor, hasta los 78,2 millones de euros, mientras que la sidra se disparó un 7,9%, hasta los 4,5 millones de euros.