El sector financiero es el epicentro de la crisis y las malas noticias no dejan de visitarlo. Los inversores, en consecuencia, siguen atenazados por el miedo y castigan a los bancos cotizados sin hacer grandes distinciones entre buenos y malos. Pero esa no es la única razón de su desplome bursátil: los movimientos especulativos han acentuado las caídas en lo que va de año.

El pasado septiembre, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió obligar a los inversores a comunicar al mercado todas las operaciones de venta a corto (short selling , en inglés) que superasen el 0,25% del capital de las empresas cotizadas. Se trata de apuestas a la baja, en las que un inversor toma prestado unos títulos, los vende, y los vuelve a comprar cuando han bajado, quedándose la diferencia.

Pese a que está práctica no está tan extendida en España como en otros países, está afectando a los bancos cotizados. En lo que va de año, ocho sociedades han declarado posiciones en corto sobre el sector. Y coincide que las entidades que más han caído en bolsa son las que soportan más apuestas a la baja.

La más afectada es el Popular, que ha caído el 39,97% y tiene el 4,58% de su capital apostado a la baja. Le siguen BBVA (39,38%, 1,6%), Santander (32%, 0,61%) y Sabadell (36,49%, 0,5998%). Bankinter, que es el único que no ha recibido ataques en lo que va de año, se ha revalorizado el 3,33%.

Fuentes del sector destacan que los dos grandes han quedado más al margen de estas operaciones que los medianos, pero en lo que va de año han sido víctimas de más apuestas en corto. "Si no se prohíben, lo que no tiene sentido es hacerlas públicas, porque te retratan y le mete miedo a los inversores", dicen.