Tanto se ha repetido en las últimas semanas que España es el mayor riesgo para la Unión Europea --incluso mayor que Grecia y Portugal--, y se ha hecho tan poco para contrarrestar los efectos de esa falta de confianza que, al final, los inversores institucionales --las manos fuertes que mueven los mercados-- han encendido el foco sobre la bolsa española y la portuguesa, como ya lo hicieran con la griega, para sacar una conclusión: salir corriendo.

La falta de confianza se sumó a la especulación para que los índices de renta variable se tiñeran de rojo, aunque ninguno tanto como el Ibex 35, que en una desenfrenada caída hacia los mínimos del año perdió el 5,94%, hasta los 10.241 puntos, con bancos --esclavos de su elevada exposición a la deuda pública española-- y constructoras --víctimas del recorte presupuestario anunciado por el Gobierno-- a la cabeza de las pérdidas.

La segunda mayor caída del día se la adjudicó el índice selectivo del mercado portugués, que perdió el 4,98%. El parquet griego encontró mejor acomodo entre los intereses de los inversores y descendió un 3%. También la deuda pública española se vio arrastrada por la frase del día: "Venda España", así que el diferencial con el bono alemán a 10 años llegó a 100 puntos básicos.

RAZONES DE TAMAÑO ¿Tiene justificación que los grandes inversores --también los pequeños-- hayan decidido enfocar la proa hacia los valores españoles? "El tamaño de nuestra economía es casi cuatro veces mayor que la griega, cualquier problema que afecte a España tiene una repercusión mucho mayor en el conjunto de la UE, por lo que es lógica la reacción de los mercados". Esta es la respuesta que dio a la pregunta un consejero de un gran banco español, que no quiere ser identificado.

Sin considerar los recientes comentarios de los teóricos Nouriel Roubini y Paul Krugman sobre el riesgo que representa España para la UE ("desde luego han tenido un efecto fatal en la bolsa española", comentó ayer Nuria Alvarez, analista de Renta4), otras voces cualificadas se sumaron a quienes creen que España debe tomar medidas para estabilizar la situación. El director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, afirmó que comprende la reforma del sistema de pensiones lanzada por el Gobierno español porque "la crisis en España es muy fuerte". Los inversores no lo interpretaron como echar un capote a la economía española. Tampoco fue un alivio la opinión del presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude-Trichet, de que la autoridad bancaria europea no tomará medidas individuales para ninguna de las economías de la UE. Así lo expuso tras la reunión del consejo de gobierno, en la que se mantuvieron los tipos en el 1%. Es decir, los países con dificultades deberán salir por sus medios.

Pero no todo fue desconfianza en la política económica del Gobierno. El presidente del Santander, Emilio Botín, para quien comparar España con Grecia es como "comparar al Real Madrid con el Alcoyano", respaldó la propuesta de reforma de las pensiones y la reducción del gasto público de 50.000 millones: "Son necesarias y acertadas". Consideró que estas dos medidas, más la propuesta de reforma de la negociación colectiva, "son las más importantes anunciadas en los últimos años" y merecen un "enorme pero necesario esfuerzo de toda la sociedad". Botín debió dar su respaldo a título personal. Según la entidad de banca privada del Santander, Banif, hay que huir del mercado español. "Nuestro posicionamiento estratégico desde hace ya varios meses clara infraponderación de España en renta variable e infraponderación de la deuda soberana ha venido argumentándose en la peor posición cíclica y financiera de nuestra economía frente a otras economías desarrolladas...". Será que "falta concreción en los planes de ajuste" por parte del Gobierno, dijo el consejero de un gran banco. Aun así, la profundidad de la caída bursátil "no está justificada", comentó Covadonga Fernández, de Selfbank.