Los inversores se decantaron ayer por las ventas ante las dudas que generan la reunión del G-20 en Pittsburg (jueves y viernes) y la decisión sobre política monetaria que tome la Reserva Federal en su Comité de Mercados Abiertos el miércoles. En realidad, el temor es que la Fed empiece a dar señales de una pronta eliminación de los esfuerzos monetarios aplicados los últimos meses contra la crisis. No es previsible que los tipos de interés se muevan al alza tan pronto, pero es verdad que desde los mínimos solo se puede apuntar en una sola dirección...

Con esa perspectiva, las bolsas se mostraron cautas y acabaron predominando las ventas. Nada alarmante, pero descensos al fin. El Ibex 35 terminó en los 11.727,4 puntos, un 0,42% por debajo del cierre del viernes. Sustancialmente, su evolución no difirió de la del resto de índices europeos. Si acaso, destacar la caída del 1,1% del Eurostoxx 50, el indicador de los blue chips europeos.

La sesión no contó con referencias macroeconómicas, a excepción del dato de turistas extranjeros en España y los Indicadores Líderes en Estados Unidos. Ambos registraron descensos que excedieron de las previsiones.

En el apartado empresarial, lo más destacado fue que la agencia de calificación crediticia Fitch confirmó el rating a Repsol, a la que mantiene en perspectiva estable a largo plazo por las expectativas de que la petrolera mantendrá su sólida posición en la industria de refino y su cuota de mercado. Sus acciones retrocedieron, no obstante, algo menos de medio punto porcentual.

Encabezaron la marcha del Ibex 35 un día más Ferrovial y Cintra, con alzas de más de dos puntos porcentuales, a la espera de más novedades sobre su fusión, mientras que Endesa, que recibió recomendaciones negativas por parte de Citi y UBS, se dejó algo más del 5% y terminó como el más rezagado. Fuera del selectivo, Reyal Urbis perdió más del 7% y Renta Corporación, más del 6%.