La falta de previsión y prudencia está provocando que la crisis sea más profunda y extensa de lo esperado porque las entidades de EEUU estaban menos preparadas de lo que nadie podía imaginar. "Estas crisis se producen cada 20 años y son impredecibles, pero sorprende que les haya pillado con tanta exposición y tan apalancados. Buscar el interés propio que promulgaba Adam Smith es una virtud, pero la codicia y la avaricia están muy lejos del justo medio que defendía Aristóteles", sostiene José Carlos Díez, de Intermoney. El modelo elegido por estas entidades les empujó a una huida hacia delante, auspiciado por la política monetaria imprudente y la falta de control administrativo. Incluso después de estallar la crisis, el expresidente de Citi, Chuck Prince, defendía que "mientras la música siga sonando, hay que levantarse y bailar".