El Departamento del Trabajo de EEUU dio ayer nuevos argumentos a los que creen que el país se encuentra en recesión. En marzo, la economía de EEUU destruyó 80.000 empleos, dejando la tasa de desempleo en un 5,1%. No solo eso: el departamento revisó las cifras de enero y febrero y anunció que en estos dos meses se perdieron 152.000 trabajos en lugar de los 85.000 estimados. En el juego de las comparaciones, la cifra no sale bien parada. Así, la tasa de desempleo es la más alta desde septiembre del 2005; los 80.000 empleos perdidos es el recorte más alto en cinco años, y es el tercer mes consecutivo de pérdidas. Unas cifras que ni los especialistas predecían. Los datos del empleo demuestran cómo la crisis inmobiliaria se ha trasladado a toda la economía. A menos construcción, este sector perdió 51.000 trabajos, y llevó al sector manufacturero a perder 48.000 más. En ambiente de crisis, el consumo se resiente: 12.400 empleos menos en la venta al por menor. A ello hay que añadirle pérdidas en la automoción y el sector de servicios.