El secretario del Tesoro norteamericano, John Snow, aseguró ayer en Dubai, en el contexto del encuentro del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que los países europeos deben dirigir sus políticas presupuestarias y monetarias con más flexibilidad.

Sus palabras fueron interpretadas como una insinuación de que el Banco Central Europeo (BCE) debería bajar los tipos --Europa mantiene desde mayo pasado su tasa en el 2%, frente al 1% de Estados Unidos-- y de que la Unión Europea no debería obsesionarse con los déficits públicos. La débil actividad económica de Alemania y Francia ha provocado que ambos países no hayan podido cumplir los objetivos de control de su gasto presupuestario.

MATIZACIONES POSTERIORES

Las afirmaciones de Snow, realizadas durante una conferencia en un seminario del Instituto Internacional de Finanzas, fueron inmediatamente matizadas por su portavoz, quien negó que su intención fuera la de decir a Europa que debe recortar sus tipos, sino simplemente que debería tomar las medidas necesarias para animar el crecimiento económico de la zona.

El ministro canadiense de Finanzas, John Manley, se pronunció en términos parecidos a su vecino estadounidense al señalar que desde su punto de vista, cualquier medida monetaria debe ser tenida en cuenta en aras a favorecer el crecimiento económico.

El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, también defendió la semana pasada la conveniencia de que Bruselas sea más flexible ante los problemas que están teniendo tanto Alemania como Francia para contener sus déficits, aun reconociendo que ambos países no hicieron los deberes en su momento.

El comité monetario del FMI, que celebrará mañana y pasado su asamblea anual en Dubai, como el Banco Mundial, instó ayer al reinicio de las negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que fracasaron en Cancún, con énfasis en la reducción de los subsidios, sobre todo los agrícolas.

La cumbre de Cancún fracasó porque los países agrupados en torno al G-21 se negaron a abordar otras negociaciones mientras Estados Unidos y la Unión Europea no adquirieran un compromiso para recortar las ayudas públicas a la agricultura.