El precio de la vivienda en España no subirá este año o lo hará un máximo del 5%, según el último informe de la Universidad de Barcelona (UB) para la inmobiliaria Forcadell. La variación de estos cinco puntos dependerá de la evolución de los tipos de interés que marque el Banco Central Europeo y que sirven como referencia para fijar el coste de las hipotecas. Si el precio del dinero alcanza el 3,5%, el precio de las viviendas se congelará. Si se quedan en el 3%, el encarecimiento de los pisos será de cinco puntos al alza.

El profesor titular de Teoría Económica de la UB Gonzalo Bernardos, autor del informe, aseguró que ya se ha producido un cambio en el ciclo de la vivienda y que en los primeros meses del 2006 "la principal característica del mercado ha sido la reducción de las operaciones de compraventa". El economista aseguró que las transacciones realizadas en Barcelona y Madrid fueron aproximadamente "un 50% inferiores a las observadas durante el mismo periodo del año anterior".

Las razones de este cambio son el elevado precio alcanzado por los pisos, que dificulta mucho el acceso a los compradores para uso residencial y que los convierte en menos interesantes para los que los adquieren como inversión, ya que la revalorización es cada vez más baja.

Estos dos fenómenos, unidos a la fuerte actividad constructora, que se mantiene en niveles récord, causa una situación de sobreoferta, que impulsará a la baja los precios a partir del 2007, según Bernardos.

El economista explicó que en el 2003 hubo un exceso de demanda de pisos; en el 2004, una situación de equilibrio; en el 2005 empezó a detectarse ya sobreoferta, y este año, el estoc de viviendas pendientes de venta puede llegar a 300.000. Bernardos pronostica que, a finales del 2007, "puede haber un exceso de más de medio millón de pisos nuevos" en España. En los últimos años, la demanda de pisos para invertir rozó el 35% del total, según el economista, mientras que lo normal es que ese porcentaje no supere el 10%.

SEGUNDA MANO Otra razón que arguye el estudio para justificar el frenazo de precios es que la inmigración dejará de presionar al alza los precios de los pisos de segunda mano. "Pueden venir más inmigrantes, pero no hay suficiente empleo para mantener su capacidad para adquirir una vivienda", dijo. Los economistas calculan que, en el último quinquenio, una de cada seis viviendas, sobre todo de segunda mano, las adquirieron inmigrantes.

Mientras los compradores pisan el freno, los alquileres a pie de costa ponen la quinta. Las Baleares, Levante, Cataluña y el norte de España registrarán los alquileres de viviendas más caros en agosto, alcanzando los 50 euros por metro cuadrado, según un informe de la sociedad de tasación TecniTasa.