El euro concluyó la semana a un cambio por encima de los 1,38 dólares, lo que mantiene su cotización en niveles de récord. En este sentido, el Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio oficial en 1,3782, ligeramente por debajo del valor del jueves.

TIPOS DE INTERES La expectativa de que los tipos de interés se mantengan estables en Estados Unidos, mientras que en la zona euro puedan subir en los próximos meses impulsan la fortaleza de la moneda única. Sin embargo, los mercados de acciones no parecen inquietarse demasiado por esa razón. Wall Street mantuvo el tono alcista ante la expectativa de que un dólar débil facilite las exportaciones de las grandes compañías multinacionales, y esto contribuya a mejorar sus beneficios --elemento de apreciación de las acciones-- y a comprimir el déficit comercial que arrastra el país.

En Europa, las bolsas también se movieron al alza, aunque por razones diferentes. El índice de precios de consumo (IPC) de Francia en junio subió una décima menos de lo esperado, el 0,1%, hasta el 1,2 % interanual, mostrando que una divisa fuerte ayuda a controlar la evolución de los precios.

MOVIMIENTOS VIGILADOS El Comisario de Economía de la UE, Joaquín Almunia, señaló que, aunque los movimientos de la divisa deben ser vigilados, la fortaleza de la moneda refleja esencialmente buenos augurios, del mismo modo que lo hace la libra. En este sentido, y según los analistas, las perspectivas de fortalecimiento de la moneda única no han concluido todavía. Si el cambio de la divisa europea con el dólar supera la resistencia clave situada de los 1,3820, se abrirían las puertas para alcanzar rápidamente los 1,3850, se destaca en la plataforma suiza de divisas ACM.