No todos los países de la UE son optimistas en la revalorización del euro con respecto al dólar. Tras saberse ayer los datos de crecimiento económico de Alemania y Holanda --ambos países con producto interior bruto (PIB) negativo en el 2003-- y divulgarse el informe de la autoridad monetaria, se comprobó que la fortaleza de la divisa ha ralentizado el desarrollo económico en parte de la eurozona.

Alemania acabó el 2003 con un retroceso del PIB del 0,1% con respecto al 2002. Un instituto de estudios de país, el HWWA de Hamburgo, revisó a la baja las predicciones de crecimiento para este año. Según el centro, la fortaleza de la moneda europea provocará que Alemania crezca un 1,5% en el 2004 y no un 1,7%, como se había calculado.

En Holanda, el retroceso de la actividad productiva tiene una caída más acentuada. El PIB cayó el 0,8% el 2003 con respecto al 2002, según la oficina de estadística oficial. Desde 1982, esta economía no registraba una crisis tan profunda: el consumo de los hogares cayó el 1,3% con respecto al 2003. Las empresas invirtieron el 3,4% menos.

FRANCIA SE SALVA Quien sí ha remontado los apuros económicos de la primera mitad del 2003 es Francia. Ha logrado una progresión del PIB del 0,2%. Se recuperó en el segundo semestre después de contabilizar un primer y segundo trimestre próximos a la recesión técnica. Según los datos provisionales de su agencia de estadística, el portavoz del Gobierno, Jean-Fran§ois Copé, se felicitó del cambio de tendencia y pronosticó un crecimiento superior al 2% en el 2004.

Pesimista, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a mostrar "preocupación" por las fluctuaciones en los mercados de cambio en el último informe mensual. Las declaraciones del presidente del banco central estadounidense, Alan Greenspan, en las que dejó ver que no habrá un apoyo explícito al dólar llevaron el valor del euro a tipos de cambio próximos al récord del 1,2897 dólares. El BCE fijó el cambio oficial en 1,2803.