El Banco Central Europeo (BCE) fijó ayer el cambio oficial del euro en 1,4030 dólares, la correlación más alta desde que la moneda única comenzó a cotizar en 1999. El BCE determina el cambio oficial a mediodía, pero en los mercados de divisas de Londres y Fráncfort llegó hasta los 1,4090 durante la tarde.

El impulso experimentado por la divisa de la zona euro se debe a la decisión de la Reserva Federal (Fed) de recortar los tipos de interés en medio punto, hasta el 4,75%, lo que acerca la tasa estadounidenses a la europea (4%). "Los mercados de divisas apuestan por una economía europea fuerte, frente a la más debilitada de EEUU. Y no va a ser un fenómeno pasajero", argumentó ayer el director de inversiones del Deutsche Bank para España, Miguel Angel García. "Veremos el euro en 1,40 dólares todavía dentro de un año", agregó.

MEJORA EL BOLSILLO Esa situación favorece el bolsillo de los europeos frente a los estadounidenses. Los expertos sitúan el "principio de paridad de compra" --el equilibrio entre la capacidad adquisitiva en uno y otro zona-- entre 1,15 y 1,20 dólares por euro. "A 1,40, Europa va a ser cara para los estadounidenses y EEUU y Latinoamérica, mucho más asequibles para los europeos", comentó García.

Pero la fortaleza del euro tiene efectos menos positivos para las empresas europeas, cuya competitividad se ve dañada al resultarles más difícil exportar a las áreas del dólar y, al mismo tiempo, los beneficios de los negocios que tienen en esas zonas disminuyen de igual forma.

BALANZA COMERCIAL Con los turistas americanos más renuentes a visitar Europa y gastarse sus devaluados dólares y pesos, las empresas con más dificultades para vender sus productos y mejorar los ingresos y, en general, los consumidores dispuestos a comprar productos importados más baratos, la balanza comercial europea se deteriora.

En este entorno, los expertos coinciden en que "se reduce el margen de maniobra para subir más los tipos. Y bajarlos, como le ha pedido ya la OCDE al BCE, aún es pronto para plantearlo", comenta José Luis Martínez, estratega de Citibank. Que el BCE se vea obligado a aplazar su política de tipos al alza es una buena noticia para Europa con un mercado inmobiliario en ebullición, entre ellos Irlanda y España. Para el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, un euro alto "a corto plazo, es una bendición" para la economía española, en un contexto de "ajuste residencial". Según Díez, la menor presión sobre los tipos de interés ayudará a que el ajuste inmobiliario sea suave.