Los líderes de EEUU se resisten a hablar de recesión pero se han rendido a la evidencia de la grave situación económica, que ayer se dejó sentir en la cotización del dólar, que llegó a caer hasta récords históricos frente al euro, el yen y la libra, aunque luego se recuperó un poco. La moneda europea llegó a marcar el récord de 1,6038 dólares.

A la vez que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, admitía ayer en el Congreso la debilidad de la situación económica, el dólar perdía fuelle y también el petróleo, que se desplomó hasta nueve dólares --por debajo de 136 dólares--, su mayor caída en una sesión en 17 años. El crudo habitualmente responde con subidas a la depreciación del dólar, pero los mercados saben que un dolar débil anticipa una caída de la demanda. Si hace tres semanas, Bernanke apuntaba a la inflación como principal causa de preocupación, ayer centró su discurso en las "numerosas dificultades" en el lento crecimiento de la economía y en la inestabilidad de los sistemas financieros.