No ha habido sorpresas de última hora y, tal y como se esperaba, el portugués Mário Centeno será el próximo presidente del Eurogrupo. El luso se impuso en la votación celebrada ayer a los otros tres aspirantes: el eslovaco Peter Kazimir, el luxemburgués Pierre Gramegna y la letona Dana Reizniece-Ozola. Asumirá las riendas del órgano que representa a los países de la zona euro el próximo 13 de enero, cuando expira el mandato del holandés Jeroen Dijsselbloem.

«Es un honor por la relevancia del grupo, la calidad de mis colegas y la importancia del trabajo que tenemos por delante en los próximos años», explicó durante su primera intervención pública tras ser elegido en una carrera que ha calificado de «justa y democrática».

El proceso mantuvo el suspense hasta el final. Y es que fueron necesarias varias rondas para confirmar a Centeno como el nuevo presidente del Eurogrupo. La primera en descolgarse, por la falta de apoyos, fue la letona Reizniece-Ozola. Posteriormente lo hizo el eslovaco Kazimir, mientras que el último en mantener el pulso fue el liberal luxemburgués Pierre Gramegna, que terminó perdiendo y felicitando al ganador.

Como aval de Centeno, un economista y profesor de 50 años diplomado por la Universidad de Harvard, hablaron la recuperación de la economía lusa tras el rescate de 78.000 millones de euros y el hecho de que consiguiera sacar al país del procedimiento de déficit excesivo conciliando crecimiento con disciplina presupuestaria en un gobierno de coalición con varias formaciones muy críticas con el euro. No en vano, el exministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, llegó a calificarlo como el [Cristiano] Ronaldo del Eurogrupo, gracias a su trabajo para hacer que Portugal disfrute de la tasa de déficit más baja en cuatro décadas.

A esto se suma un elemento no menos importante y es que, aunque es independiente, pertenece a la familia socialdemócrata. Un elemento este último de mucho peso dado que el resto de altos cargos en la UE -Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión, Antonio Tajani en la Eurocámara y Donald Tusk en el Consejo Europeo- están ocupados por miembros del PPE, que en esta ocasión optaron por no presentar candidato para evitar una guerra institucional por el equilibrio de poder en los puestos de decisión europeos.

LA APUESTA GUINDOS / Aunque España presentó al ministro Luis de Guindos como candidato hace dos años y medio -perdió ante Dijsselbloem- en esta ocasión renunció y optó por concentrar sus esfuerzos en la vicepresidencia del Banco Central Europeo, que quedará libre en mayo del 2018 para recuperar así la silla del consejo de gobierno que perdió en el 2002.

El Eurogrupo se mantendrá en manos de un miembro de la familia socialista, que aprovechó su puesta de largo para destacar su intención de trabajar por el «consenso» -fue la palabra más reiterada durante su primera rueda de prensa- y por aplicar políticas de crecimiento y flexibilidad presupuestaria. «Siempre hay alternativas. Hay que buscarlas. Hay muchas ideas por ahí y vamos a tratar de cogerlas todas y asentar un nuevo guion», anunció.