Los líderes europeos se rebelaron contra las admoniciones del FMI y de su director gerente, Rodrigo Rato, para que realicen "reformas estructurales" orientadas a corregir los abultados déficits por cuenta corriente que arrastran. "Yo no aceptaré las recomendaciones del Fondo", espetó desafiante el sábado por la noche el ministro británico de Economía, Gordon Brown.

"Los empleados del FMI se han equivocado otras veces sobre el crecimiento británico", añadió. Además, se reafirmó en que su país crecerá este año entre un 3% y un 3,5%, frente al 2,6% anunciado por el Fondo en su reunión de primavera, que acabó ayer en Washington.

La rebelión de Brown contra los dictados del FMI se reforzó con la del presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, quien rechazó igualmente la recomendación del Fondo de que no descarte el recorte de tipos de interés, como fórmula para propiciar el crecimiento.

RESPONSABILIDAD Rato había leído la cartilla a las principales economías mundiales el sábado por la noche, por no corregir sus desequilibrios por cuenta corriente, empezando por el de EEUU, que alcanza ya un 5,7% de su PIB, una cifra récord que sigue creciendo. El director del Fondo recordó a estos países que tienen una "responsabilidad especial" ante este problema, que amenaza con causar "una corrección abrupta" en los mercados.

Europa achaca a los altos precios del petróleo y a la fortaleza del euro su anémico crecimiento, pero espera a que "regrese a su potencial en el curso del año", según indicó Joaquín Almunia, comisario económico de la UE.