La investigación aún está en su fase preliminar, pero puede acabar siendo el mayor fraude de la historia. Agentes del FBI arrestaron el jueves en Nueva York a Bernard L. Madoff, una leyenda de Wall Street, exdirector del Nasdaq (el mayor mercado tecnológico del mundo) y director de una firma financiera especializada en hedge funds (fondos de alto riesgo o de inversión libre, como se conocen en España). Los cargos: fraude con valores en una estafa piramidal que puede haberle costado a inversores de todo el mundo una cifra de hasta 37.386 millones de euros.

"No hay una explicación inocente de lo ocurrido", dijo Madoff a los agentes del FBI, según fuentes de la investigación citadas por la prensa. Lo ocurrido se conoce como el "sistema Ponzi", una estafa piramidal que consiste en pagar a los clientes elevados intereses por sus inversiones que no se logran a través de los mercados, sino de las inversiones de nuevos clientes. Según confesó Madoff el miércoles a varios empleados, su negocio de gestión de activos y asesoría financiera estaba "acabado" desde hacía años. "Pagaba a los inversores con dinero que no existía, todo era una mentira, no tengo absolutamente nada", dijo.

Según los registros oficiales de las autoridades estadounidenses, la empresa de Madoff era la vigesimotercera del sector, gestionaba 17.000 millones de dólares en activos a principios del 2008 ("Parece que todos los activos del negocio de asesoría han virtualmente desaparecido", dijeron fuentes de la investigación) y movía hasta 50 millones de acciones. Durante años, Madoff, a través sobre todo de hedge funds , había logrado para sus inversores beneficios espectaculares, independientemente de si los mercados en los que invertía eran verdaderamente rentables o no.

Sus problemas empezaron con la crisis financiera, cuando los inversores rehuyeron los hedge funds. Los clientes de Madoff reclamaron la devolución de su dinero, la captación de nuevos inversores para mantener el sistema piramidal se convirtió en inviable y Madoff cayó presa de lo que uno de sus abogados llamó "una desafortunada concatenación de problemas".

Eso sí, una de sus últimas decisiones fue repartir 300 millones de dólares (al parecer todo lo que le quedaba) entre empleados, familia y amigos con los que tenía deudas. Madoff está en libertad tras pagar una fianza de 10 millones de dólares (unos 7,6 millones de euros) avalado por su apartamento de Nueva York, y se enfrenta a una pena de hasta 20 años de cárcel y una multa de 3,8 millones de euros.

DESENREDAR LA MADEJA Las autoridades trabajaban ayer para desenredar la complicada madeja, de la que Madoff se ha autoinculpado, con la intención de proteger a los inversores defraudados (algunos ya se manifestaron ayer en Nueva York y tuvieron que ser desalojados por la policía). Expertos legales citados por la prensa estadounidense advierten de que el caso puede acabar siendo uno de los procesos legales más complejos de la historia de Wall Street.