Ángel Franco, consejero extremeño de Administración Pública y Hacienda cuando en 2010 se gestó la fusión de Caja Badajoz, ha manifestado hoy que entonces "confiaban" en el Banco de España y que si el regulador había dado el visto bueno al SIP de Caja3, por qué tenían que pensar que "había algo detrás".

El exconsejero socialista ha comparecido hoy en la Comisión no Permanente de Investigación del Parlamento Extremeño sobre el proceso de unión de Caja Badajoz con Caja Circulo de Burgos y Caja Inmaculada de Zaragoza en un Sistema Integral de Protección (SIP).

"Nosotros confiábamos en el Banco de España", ha aseverado Franco al diputado popular José Ángel Sánchez Juliá en referencia a las inspecciones que se conocieron el 4 de enero de 2011, una vez constituido el SIP, y que desvelan los activos tóxicos de los dos socios de Caja Badajoz.

El compareciente ha afirmado que la Junta de Extremadura no recibió las actas de las inspecciones a Caja Círculo y la CAI, efectuadas en el año 2009, ni información sobre el "alcance" y "consecuencias" de sus resultados.

A pregunta del diputado socialista Miguel Bernal, ha considerado que visto ahora "no parece normal" que el Banco de España no diera a conocer antes los datos de las inspecciones, pero ha matizado que desconoce cómo son los "tiempos" de estas actas.

Franco, que ha apuntado que por consenso político no hubo ninguna injerencia durante todo el proceso, ha informado de que los rectores de Caja Badajoz no les pidieron ninguna mediación ante el Banco de España a la vista de la nueva situación, ni el Gobierno regional hizo nada al respecto.

Con la perspectiva del tiempo, ha planteado que quizá pudieron estar "más cerca" de Caja Badajoz, pero aunque hubieran conocido el alcance de los datos, ha dicho a Alejandro Nogales (IU), "poco podíamos hacer".

El compareciente ha subrayado que el Banco de España no presionó a la Junta de Extremadura para que Caja Badajoz no se saliera del SIP y ha aclarado que el regulador "tenía todas las armas" para evitarlo con la normativa vigente en la mano.

En su opinión, fue una decisión "acertada" no intervenir porque el "excesivo ruido" hubiera aumentado la desconfianza.

Franco ha expuesto que esos años hubo una relación "fluida" con los rectores de Caja Badajoz, con información "escueta y puntual" de un proceso que se desarrolló en un escenario de cambios normativos "vertiginosos" a nivel nacional y regional.

De hecho, la Junta, en consenso con el PP, cambió la ley regional de cajas ya que el primer SIP de Caja Badajoz les sorprendió sin competencias sobre las "fusiones frías" al tratarse de una figura nueva, ha apuntado.

En ese camino, ha reconocido, las opiniones también fueron cambiantes en Extremadura.

A pesar de que Caja Badajoz era muy solvente, en 2010, a su juicio, "no era pensable" que siguiera sola y, con la visión de casi el año 2014, "imposible".

A partir de ahí, vieron bien la alianza de Caja3 -cuyo contrato de integración le remitió Caja Badajoz-, al contrario de lo que ocurría con el rumor de Cajasol, cuya situación financiera, a su juicio, no era "espléndida".

Franco, que ha preferido no opinar sobre la integración de Caja3 en Ibercaja, ha dicho que no está "arrepentido" de cómo actuaron entonces.