Primero las buenas noticias: la economía española volvió a arrancar en el último trimestre del año, en el que el producto interior bruto (PIB) creció el 0,2%, después del parón registrado en el tercer trimestre. Pero el dato "no es para echar cohetes", reconoció el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esas son las malas noticias: "Es un crecimiento muy modesto que implica que poco a poco y muy despacio estamos empezando a crecer", añadió. En el conjunto del 2010, la actividad descendió el 0,1%.

Los cálculos del Banco de España en su boletín económico de enero mejoran el pronóstico del Gobierno (-0,3% en 2010), e incluso la revisión que hizo sobre la marcha esta semana el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, cuando anticipó que el PIB bajaría un 0,2%. Pero habrá que esperar a los datos definitivos que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE), porque la cifra final puede estar entre el -0,1% y el -0,2%. El deterioro de la producción industrial en diciembre (la estimación del Banco de España se hizo sin este dato, conocido también ayer) y las bruscas oscilaciones del gasto público en el trimestre de cierre presupuestario añaden incertidumbre sobre el resultado definitivo.

El retroceso registrado, en todo caso, ya no es del -3,7% como en el 2009, uno de los peores ejercicios registrados. Pero parece claro que a la economía española le cuesta crecer sin los estímulos que permiten el despliegue de la demanda interna. La subida del IVA en julio, el fin de las ayudas a la compra de automóviles, por ejemplo, han provocado que la demanda interna haya retrocedido un 0,7% en tasa interanual, con lo que la relativa mejora de la actividad se ha apuntalado en el sector exterior que ha crecido el 1,3%, destaca el Banco de España.

PEOR QUE LA ZONA EURO Recoge el análisis de coyuntura que la evolución de la economía española "contrasta con registros más elevados en otros países de la zona euro, lo que pone de manifiesto el mayor alcance de la crisis en nuestro país".

Una parte importante de la evolución negativa del PIB debe atribuirse a la evolución de las Administraciones públicas. Las medidas de consolidación presupuestarias en marcha provocaron que el consumo y la inversión pública redujeran considerablemente su aportación. El Banco de España --con datos provisionales-- considera posible cerrar el ejercicio del 2010 en el objetivo de déficit del 9,3% para el conjunto del Estado.

En este sentido, apunta que el resultado de la ejecución presupuestaria del Estado, que cerró el año con un saldo deficitario del 5,1% del PIB, ocho décimas inferior a lo presupuestado, da margen al resto de las administración para cumplir con el objetivo. Por lo que respecta a las comunidades autónomas, en diciembre se publicaron "por primera vez" datos homogéneos sobre la ejecución presupuestaria hasta septiembre del 2010. Según estos el déficit era del 1,2% del PIB, frente al 2,4% previsto para el ejercicio.

MANUFACTURAS Y SERVICIOS Desde el punto de vista de la oferta, la actividad de servicios mostró un tono más sostenido, a lo que se sumó un ligero repunte de las manufacturas en los meses finales del año. Por contra, el valor añadido de la construcción intensificó la contracción. De nuevo, la consolidación presupuestaria se dejó notar en una caída de la obra pública. En cuanto a la tasa de paro, acabó en el 20,3%.