Los fabricantes de coches europeos exhiben en el Salón del Automóvil de Fráncfort sus últimos logros en reducción de la contaminación. Su principal apuesta a corto plazo consiste en exprimir la eficiencia de los motores diésel, hasta el punto de presentar modelos que cumplen el límite europeo de emisión de CO2 cinco años antes de que sea obligatorio y que contaminan menos que los híbridos asiáticos.

La ciudad alemana de Fráncfort se convirtió ayer en un esprint de las marcas de coches por demostrar su respeto al medioambiente. Uno de los niveles más bajos de gases lo ostenta Seat, que presentó un Ibiza Eco Motive de 99 gramos, la mejor cifra de todo el grupo Volkswagen. El responsable de Seat en el mercado español, Pere Catena, indicó que este vehículo tendrá un precio superior a la versión equiparable con un motor menos eficiente, por lo que seguramente no será un superventas.

BMW estrenó la jornada del salón con el anuncio de nuevos coches ecológicos. Han conseguido el nivel más bajo con un Mini diésel, al que han reducido un 19% las emisiones (104 gramos de CO2 por kilómetro recorrido), por debajo del futuro límite de 120/130 gramos. Otros modelos más potentes y pesados como el BMW 1 han logrado 123 gramos.

También la industria estadounidense se ha visto obligada a dejar atrás los grandes coches con un alto consumo. El presidente de General Motors, Rick Wagoner, anunció ayer el lanzamiento de ocho vehículos híbridos hasta el 2008.

La incógnita de esta avalancha ecológica es si el consumidor está dispuesto a pagar más por un coche más respetuoso con el medio ambiente. Algunos directivos admiten que la apuesta tiene un riesgo alto de no encontrar respuesta en el mercado.