La marca blanca vive una época dorada con un 38% de cuota de mercado. Sus ventajas son los precios bajos y la calidad, según las grandes cadenas de supermercados e hipermercados, pero de las condiciones laborales no dicen nada. No es de extrañar, puesto que los empleados de fábricas de productos de alimentación de marca blanca llegan a cobrar hasta un 73% menos que sus colegas que trabajan para marcas consolidadas en el mercado, según un estudio realizado por CCOO.

Los empleados peor parados en la comparación de la retribución por hora de trabajo son los de las plantas de productos lácteos, seguidos de las empresas cárnicas, con un 71% menos de sueldo para los trabajadores de fabricantes de marcas blancas. La distancia salarial media en España va del 30% al 40%.

Aunque Jesús Villar, secretario general de la federación agroalimentaria de CCOO, matizó que no pretenden adherirse a las campañas en contra de las marcas blancas de los fabricantes consolidados, dejó claro que se está produciendo una "tendencia preocupante que si se mantiene causará un riesgo claro para los trabajadores de empresas con marcas reconocidas". Mientras las fábricas de marca blanca aumentan plantilla, las restantes "subsisten como pueden".

El último ejemplo es el cierre de Bimbo en Almansa (Albacete), que UGT consideró "un preludio" de la subcontratación al grupo Siro de la producción de los otros centros de la multinacional Sara Lee. Siro, que produce marca blanca, compró hace unos meses a Sara Lee tres de sus fábricas en España.