Las falsificaciones de productos que sufren las marcas más codiciadas también cambian y se adaptan al nuevo contexto. Losfalsificadores hacen cada vez envíos más pequeños, debido al aumento del comercio electrónico, y también para reducir el riesgo y las consecuencias económicas en caso de ser detectados. Esta es una de las conclusiones de un estudio sobre la piratería llevado a cabo por la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (Euipo) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Cada año se venden en el mundo productos falsificados por valor de 338.000 millones de euros, el 2,5% del comercio mundial total, según el informe. Con sede en Alicante, la Euipo ha informado de que en la UE los productos falsificados y pirateados suponen hasta un 5% de todas las importaciones, con un valor de 85.000 millones de euros.

El estudio, que ha sido presentado en París, se basa en los datos recopilados de cerca de medio millón de incautaciones aduaneras realizadas en todo el planeta, lo cual ha permitido calcular el impacto económico de la falsificación y la piratería desde un punto de vista global. Una de las conclusiones más relevantes es que los productos falsificados proceden de todas las economías, aunque las emergentes desempeñan un papel importante en este fenómeno, ya sea como países fabricantes de productos pirateados o como zonas de tránsito.

ECONOMÍAS EMERGENTES

Estas economías emergentes producen productos ilegales que van desde los artículos de lujo y productos industriales (máquinas, recambios o productos químicos) hasta de consumo que pueden afectar la seguridad de las personas (farmacéuticos, alimentos y bebidas, equipos médicos o juguetes). El informe apunta que las marcas víctimas de la falsificación están principalmente registradas en países miembros de la OCDE y de la UE, como Estados Unidos, Italia, Francia, Suiza, Japón, Alemania y el Reino Unido.

Los datos analizados en el informe han sido facilitados por la Organización Mundial de Aduanas, la Dirección General de Fiscalidad y Unión Aduanera de la Comisión Europea y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, y su objetivo ha sido presentar una imagen precisa del impacto económico global de la falsificación y la piratería en el comercio internacional.

El director ejecutivo de la Euipo, el portugués António Campinos, ha afirmado, en un comunicado, que la propiedad intelectual "genera valor a las empresas y las economías", y proporciona "una eficaz protección" que contribuye "a promover la innovación y el crecimiento económico".