Las familias españolas destinan una media del 30,3% de su renta laboral neta a la adquisición de una vivienda, según el último informe sobre coyuntura económica de Caixa Catalunya. El esfuerzo familiar para sufragar los pisos oscila notablemente entre las autonomías. Madrid es la que se lleva la palma, con un 41,5% de la renta laboral neta, seguida del País Vasco (39,9%) y Baleares (38,3%). Estas dos últimas se sitúan en torno a lo que se considera el límite de la capacidad económica de un hogar, cifrado en un 40%.

BAJO ESFUERZO En cambio, los hogares que realizan un menor esfuerzo relativo en el pago de la hipoteca son los de Extremadura (18,6%), Galicia (22,9%) y Castilla-La Mancha (24,2%). El estudio toma como referencia un inmueble de 100 metros cuadrados con menos de dos años de antigüedad, y que es adquirido con un préstamo hipotecario a 25 años por el 75% del valor y con un tipo de interés del 4%.

Estos datos están en sintonía con los ofrecidos por el anterior informe de la caja catalana, en el que se afirmaba que solo la mitad de las familias españolas pueden permitirse adquirir una vivienda nueva de 100 metros cuadrados. Y es que el esfuerzo financiero de los hogares ha aumentado un 45% en los últimos cinco años, de modo que en el 50% de los créditos la hipoteca se lleva más del 40% de la renta.

Madrid también destaca como la comunidad con un mayor porcentaje de familias (60%) que no pueden afrontar hipotecas superiores al 40% de la renta.