La agresión que sufrió el líder de CCOO, José María Fidalgo, por un extrabajador de Sintel durante el último Primero de Mayo ha marcado un antes y un después en la central. Fidalgo llegó a decir a sus allegados que había sido "el palo más rentable" de toda su trayectoria sindical. Hasta aquel día, el secretario general de CCOO estaba cuestionado por muchos afiliados. El sector crítico de Agustín Moreno y Salce Elvira, junto al grupo del exsecretario de organización Rodolfo Benito, representaban más de un 40% del sindicato en oposición a Fidalgo.

Pero algunas cosas han cambiado en seis meses. El primer síntoma es lo ocurrido durante la última reunión del Consejo Confederal. Por primera vez, los críticos no votaron en contra del informe de gestión que presentó Fidalgo y, luego, le apoyaron en la composición de la comisión de ponencias que diseñará el próximo congreso (abril del 2004). La facción de Benito se quedó fuera de juego.

DIVIDE Y VENCERAS

Según un miembro de la dirección de CCOO, "Fidalgo propondrá a los críticos formar parte de la futura ejecutiva que salga de este congreso sobre la base de dejar a un lado las diferencias ideológicas y llegar a un pacto en acción sindical".

Buena parte de esta estrategia de cara al congreso ha sido diseñada por el líder de la federación del Metal, Ignacio Fernández Toxo, con quien Fidalgo discute todas las cuestiones del sindicato.