La Fiscalía Anticorrupción denunció ayer ante la Audiencia Nacional que «todo lo que rodeó» la constitución de BFA-Bankia, su salida a bolsa y la posterior nacionalización de la entidad, fue «una especie de pesadilla que los distintos operadores financieros han querido hacer desaparecer» a fin de «minimizar» posibles responsabilidades. La fiscala Carmen Launa considera que se «minó la credibilidad exterior de nuestra economía» abocando al país al «mayor rescate bancario de la historia». «Fue un mal despertar para miles de españoles que tienen derecho a saber lo que pasó» y evitar así que un caso semejante vuelva a repetirse, dijo Launa.

Con un tono duro, la representante del Ministerio Público calificó de «inusual» que tanto el Banco de España como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aportaran contrainformes «para desvirtualizar» los trabajos de los dos inspectores designados a la causa como peritos judiciales, Antonio Busquets y Víctor Sánchez. Launa pide ocho años y medio de cárcel para el expresidente de Bankia Rodrigo Rato, por supuesta estafa a inversores y falsedad contable.

Tal como anunció en el trámite de conclusiones definitivas, la acusación de la Fiscalía se hace extensible a otras 14 personas, entre ellas los otros tres antiguos gestores de la entidad, así como los exconsejeros con presencia en los comités de auditoría del grupo, el actual interventor y el socio auditor.

Para ellos pide penas de entre seis años de prisión y un año de cárcel conmutable por multa. Solo el exvicepresidente de Bankia Francisco Verdú se enfrenta a una condena menor, entre seis o nueve meses de prisión pues, a pesar de su «destacada situación», no se ha probado que «hubiera obtenido información suficiente para calibrar los deterioros». Para la Fiscalía, queda probado que tanto Rato como Verdú conocían la existencia de irregularidades en las cuentas del 2011, entre otros aspectos.

Launa señala que durante el procedimiento se han practicado nuevas pruebas y se han recogido testimonios que han aportado claridad a otras, lo que ha requerido que sus premisas iniciales hayan tenido que ser matizadas o reconsideradas.

Launa destacó la relevancia de varias de las declaraciones y evidenció el valor de las intervenciones de los inspectores del Banco de España, que en su opinión aportaron «nuevos y abundantes matices que han enriquecido la prueba practicada en el plenario». Para la Fiscalía es evidente la sobrevaloración de Bankia en su salida a bolsa, los «deterioros no contabilizados por 11.000 millones de euros» y el grado de conocimiento de las irregularidades por parte de Rato y Verdú.