El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó hoy de que los riesgos de que la actual crisis financiera empeore están aumentando y dijo que son necesarias "políticas decisivas" para evitar una espiral incontrolable. "A estas alturas hay pocas dudas de que los riesgos de una mayor escalada de la crisis van en aumento y será necesaria una acción más decidida para ayudar a que los sistemas financieros y las economías globales vuelvan a pisar terreno firme", dijo John Lipsky, el "número dos" del FMI.

El directivo respaldó, durante un discurso en un centro de estudios de Washington, la decisión coordinada entre la Reserva Federal y otros bancos centrales globales que condujo a la inyección ayer de cientos de miles de millones de dólares de liquidez en el sistema. Calificó esa acción concertada de "útil", aunque indicó que podrían ser necesarias medidas adicionales, incluido el uso de fondos públicos.

"Debemos de barajar todas las opciones, incluido el potencial uso de fondos públicos para salvaguardar el sistema financiero", dijo. "Aunque no estoy abogando a favor de usar el dinero de los contribuyentes para bancos individuales, reconozco plenamente un rol apropiado para la intervención pública después de que se hayan agotado las soluciones de mercado", añadió. Mencionó, asimismo, que las economías más ricas tienen el suficiente margen de maniobra como para impulsar paquetes de estímulo fiscal.

Dijo que los responsables políticos de todo el mundo necesitan "pensar lo impensable" y planificar cómo reaccionarían si se presenta una situación de emergencia en los sistemas financieros. "Necesitan prepararse de forma más sistemática para potenciales riesgos que han demostrado ser amplios durante los últimos meses", afirmó. Entre esos riesgos figura la posibilidad de lo que describió como "un desacelerador financiero global", en el que la crisis de liquidez en los sistemas financieros pasa una factura directa a la economía real, lo que a su vez reforzaría la citada crisis crediticia.

Según Lipsky, los bancos centrales y los reguladores se encuentran en la primera línea de fuego en la lucha contra esas potenciales situaciones de emergencia. El "número dos" del Fondo evitó, en respuesta a una pregunta del público que asistió a su discurso, decir si estaba respaldando un "rescate" del sistema financiero y mencionó que quería evitar una palabra con tantas connotaciones. "Podría ser apropiado pensar en un respaldo más directo al sistema financiero en una forma que fuese efectiva", dijo, a lo que añadió que "es necesario pensar en términos más innovadores que en el pasado".

Precisó, de todos modos, que esos planes de emergencia podrían no ser necesarios si se cumple el escenario por el que apuesta el FMI y que apunta a una desaceleración económica global considerable, que se verá parcialmente amortiguada por el "crecimiento relativamente sólido" en los mercados emergentes.