El FMI alertó hoy de que España podría caer en un período de crecimiento lento si los hogares españoles reducen su consumo ante el gran peso de las hipotecas en la economía familiar.

En su revisión anual de la economía española, el Consejo Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que están representados sus 185 países miembros, apuntó al elevado endeudamiento privado como la principal amenaza a la buena marcha de la economía española.

Específicamente, al Fondo le preocupa que los españoles cada vez deban más a los bancos por el techo que les cubre, y en un momento en que las tasas de interés europeas están al alza, el organismo teme que las familias se sienten a hacer sus cuentas y decidan reducir su consumo. Eso actuaría como un frenazo sobre el pistón económico, puesto que la institución considera que hay bastantes obstáculos para que las empresas pasen a concentrarse y a vender en el exterior ante la posible contracción del mercado interno, explicó a la prensa Alessandro Leipold, subdirector del Departamento de Europa. Pese a estas advertencias, el futuro más probable para la economía española es una "desaceleración gradual del crecimiento", según Leipold.

La vivienda

En el terreno inmobiliario, el Fondo prevé que continúe la tendencia al enfriamiento hasta que "en un año o año y medio" los aumentos anuales sean similares al incremento de los ingresos de los españoles, que se han colocado en media entre el 3 y el 4 por ciento, explicó Julio Escolano, otro directivo del Departamento de Europa del organismo. La desaceleración del precio de la vivienda es una mala noticia para los constructores y agentes inmobiliarios, pero por ahora no para la economía en general, según Leipold. "No ha habido realmente un gran impacto en la economía y tampoco predecimos que lo haya", dijo.

De hecho, a juicio del Fondo, el fin de las subidas desorbitadas del precio de la vivienda es algo positivo para una economía que dependía excesivamente de la demanda interna. Leipold añadió que "hay signos" de que el crecimiento español se reequilibra, con un aumento de la inversión de las empresas y de las exportaciones.

Pese a que el FMI apuesta por que el futuro será benigno para la economía española, instó también al Gobierno a tomar medidas para impedir que los riesgos se materialicen. Así, pidió tanto al Gobierno central como a las comunidades autónomas que ahorren más.

El sector público registró el año pasado un superávit "sin precedentes" equivalente al 1,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero el FMI apuntó que se debió al aumento de la recaudación y que los gastos también se han incrementado. Por ello, instó a las autoridades a resistir la tentación de abrir el bolso y que impidan que el aumento del gasto primario -los gastos sin contar el pago de la deuda- supere la subida anual del PIB.

El FMI también instó al Gobierno a promover la competencia en mercados "protegidos", donde la posición de dominio de algunas compañías les permite hacer a sus clientes pagar más por sus bienes y servicios que en los países vecinos. En este sentido, pidió mayor independencia de las agencias reguladoras para alejarlas de cualquier influencia política.

Leipold negó que esta recomendación tenga que ver con las acusaciones de que el Gobierno español intentó influir en las decisiones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. "Es un asunto pendiente desde hace mucho, que antecede a los acontecimientos recientes", dijo el funcionario.