"Entre el hielo y el fuego". Es decir, entre la ralentización del crecimiento económico y el auge de la inflación. Esta es la situación en la que se encuentra la economía mundial, según afirmó ayer en Washington el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. "La inflación puede haber vuelto, es un problema prioritario", dijo Strauss-Kahn en referencia al alza de los precios de los alimentos y la energía.

El aumento de los precios de los alimentos "puede hundir los avances en la reducción de la pobreza", y abogó por eliminar los obstáculos que limitan el incremento del suministro de alimentos. Este sector puede afectar gravemente a los países africanos y asiáticos, y es para el FMI un motivo de preocupación prioritario similar al de la ralentización del crecimiento económico originado por la crisis financiera y crediticia nacida en EEUU.

En este sentido, Strauss-Kahn defendió al FMI de las críticas "un poco injustas" que lo acusan de incentivar la crisis con sus doctrinas desregularizadoras y de no haber sabido ver lo que se estaba cociendo y lo que iba a originar el mercado de las hipotecas basura en EEUU. "No fuimos capaces de hacer que la gente nos escuchara", dijo Strauss-Kahn, en relación a que hace un año el FMI advirtió del riesgo de inestabilidad en los mercados financieros.

APOYO DE STIGLITZ No se refirió Strauss-Kahn a las críticas de países como EEUU y España, que consideran "muy pesimistas" sus previsiones para el 2009. En cambio, acudió en su ayuda un viejo azote de la institución, el Nobel de economía Joseph Stiglitz, que en declaraciones a la cadena CNBC afirmó que "esta vez el FMI tiene razón". En su opinión, esta es la peor crisis financiera desde 1929. Coincide con el Fondo en que la economía norteamericana crecerá el 0,6% en el 2009.