La reunión del G-20 en Toronto (Canadá) constata que la recuperación económica es "desigual y frágil", que "el desempleo en muchos países se mantiene en niveles inaceptables" y que "el impacto social de la crisis todavía se siente ampliamente". Ante este panorama, los países del G-20, que integra desde los estados más ricos del planeta que forman parte del G-8 hasta las principales economías emergentes, consideran que lo mejor es "llevar a cabo acciones coordinadas, pero a la medida de cada país", según refirió ayer la vicepresidenta económica, Elena Salgado. Por esta razón, el G-20 solicitó ayer al Fondo Monetario Internacional (FMI) que antes de finalizar noviembre haga llegar recomendaciones de política económica a cada país.