Al igual que las autoridades estadounidenses y el Gobierno español, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya percibe "brotes verdes en todos sitios, destellos de esperanza, como los define el presidente Barack Obama", que apuntan hacia una recuperación de la economía mundial.

Eso sí, su director gerente, Dominique Strauss-Kahn, avisó ayer de que la crisis no se podrá superar hasta que se saneen los balances de las entidades financieras. El dirigente del organismo internacional se cuidó de insuflar un optimismo excesivo y reiteró que la recuperación no comenzará hasta la primera mitad del 2010. Con todo, apuntó que en octubre o noviembre de este año se puede producir el ansiado cambio de tendencia en la evolución de la economía global. "Las predicciones en estas circunstancias son siempre difíciles de hacer, así que debemos ser muy cautos", puntualizó en una conferencia en Viena.

Strauss-Kahn justificó su visión moderadamente positiva en que los paquetes de estímulo público están comenzando a surtir efecto, pero destacó que todavía persisten "fuerzas que hacen retroceder a la economía". La amenaza más importante para que "durante los próximos doce meses" se plasme la mejora económica es, a su juicio, la situación de las entidades de crédito. "Sin unos balances financieros limpios no va a ser posible una recuperación económica", remachó.

El director gerente del FMI echó mano de la década perdida que sufrió Japón en los años 90 para argumentar la "absolutamente urgente" necesidad de sanear la banca.

SUMAS DE DINERO Esa experiencia, alegó, demuestra que se pueden dedicar enormes sumas de dinero público a estimular la economía sin que tenga efecto alguno debido a la parálisis del sistema financiero. La transparencia, añadió, es la clave para recuperar la normalidad en la banca.