El Fondo Monetario Internacional sigue viendo problemas en la economía española y en su último informe de Perspectivas de la Economía Mundial, presentado esta mañana, ha vuelto a rebajar las expectativas de crecimiento en el país tanto este año como el próximo. En su último análisis, el organismo anticipa que la economía española crecerá este año un 0,6%, un 0,1% menos que lo había calculado en octubre, y reduce también en tres décimas las perspectivas para el 2012, dejando su cálculo de crecimiento en el 1,5%.

Los datos chocan de nuevo con las previsiones de la Moncloa, que baraja para hacer sus cálculos de control del déficit una expansión del 1,3% en este 2011 y del 2,5% el año que viene. Y son los peores de los países destacados en la zona euro, para la que el FMI mantiene igual las previsiones de crecimiento de este año (1,5%) y rebaja una décima la del próximo hasta dejarlo en 1,7%.

DOS VELOCIDADES

A nivel global, las previsiones son del 4,4% en el 2011 y del 4,5% en el 2012, marcadas otra vez por una recuperación a dos velocidades. El crecimiento es fuerte en las economías emergentes (6,5% ambos años) y mucho más débil en las avanzadas, aunque en estas, entre las señales de optimismo, se identifica una actividad que "se ha moderado menos de lo esperado hace unos meses".

El Fondo, que también ha presentado su informe Estabilidad Financiera Global, preparado por el equipo que lidera el español Jose Viñals, asegura que esta "aún no está asegurada y quedan por superar retos significativos". Apunta a que "la reestructuración de los balances está incompleta y avanza con lentitud", a que "el apalancamiento todavía es elevado" y a que "la interacción entre los riesgos crediticios soberanos y bancarios en la zona del euro sigue siendo un factor crítico", lo que hace necesarias "políticas encaminadas a subsanar las vulnerabilidades del sector fiscal y del sector bancario".

Los informes también identifican riesgos de retroceso y el primero es el peligro de contagio de tensiones de "la periferia de la zona euro", donde se incluye España. Ese riesgo es, en opinión del FMI, "resultado de la debilidad de las instituciones financieras de muchas de las economías de la región y de la falta de transparencia en torno a sus exposiciones". Según el informe, "los mercados continúan preocupados por la ausencia de una estrategia suficientemente exhaustiva y congruente para sanear los balances fiscales y el sistema financiero".