El Chrysler Building, la joya art-déco con escamas brillantes que define el skyline de Manhattan, es el segundo icono arquitectónico de Nueva York que pasa a manos árabes en un mes. Abu Dhabi Investment Council cerró ayer la operación a través de un fondo soberano operado por Prudential Financial. El precio final se desconoce pero, según una fuente cercana, se han pagado 800 millones de dólares (516 millones de euros) por el 75% de este rascacielos. El 25% restante es del gigante inmobiliario Tishman Speyer.

Esta compra sucede a la realizada por Boston Properties, firma inmobiliaria formada por inversores de Dubái, Kuwait y Qatar, que en junio desembolsó 2.800 millones de dólares (1.806 millones de euros) por el edificio de General Motors. Así, los países del golfo Pérsico enriquecidos con el petróleo que le venden a EEUU aprovechan la debilidad del dólar para invertir en bienes inmobiliarios y financieros.

La debilidad del dólar es un imán, y según la Asociación de Inversores Inmobiliarios Extranjeros, EEUU es el país más seguro. Según la agencia Corcoran, la venta de apartamentos a extranjeros en Nueva York se ha duplicado en los últimos 15 meses.