El Parlamento francés adoptó ayer una ley sobre las ofertas públicas de adquisición (OPA) que tiene como objetivo dotar a las empresas francesas de los medios necesarios para "defenderse" en caso de ser objeto de una OPA hostil. El texto obliga al promotor de una OPA a declarar sus intenciones a la Autoridad de Mercados Financieros (AMF). Las empresas afectadas podrán emitir bonos de acciones para aumentar su capital en caso de ataque.

El Parlamento francés interviene justo cuando el número uno italiano de la electricidad, el grupo Enel, mantiene la incertidumbre sobre si lanzará una eventual OPA hostil contra el grupo francés Suez. Eso ha permitido a Suez recurrir a la AMF para pedir a Enel que muestre con claridad sus intenciones.

En una carta a la Autoridad de Mercados, el presidente de Suez, Gérard Mestrallet, solicita que se "pida a Enel que haga públicas de forma no ambigua sus intenciones sobre la eventual presentación de una oferta sobre Suez". Lo que no ha hecho más que reactivar el debate sobre el patriotismo económico de Francia.

En realidad, la nueva ley tiene como único objetivo aplicar a la legislación del país una directiva europea del 2004 sobre las OPA. "Con este texto permitimos a las empresas francesas jugar con las mismas armas", afirmó el ministro de Economía, Thierry Bréton. No obstante, la ley aprobada ayer por el Senado fue votada únicamente por los senadores de la derecha. En cambio, socialistas y comunistas votaron contra "esta deriva del capitalismo financiero", según la definió el senador socialista Fran§ois Marc.