El primer ministro francés, François Fillon, ha anunciado un aumento del tipo del IVA reducido, que pasará del 5,5% al 7% en todos los productos a excepción de la alimentación, la energía y los servicios destinados a las personas disminuidas, y un aumento del impuesto de sociedades del 5% para las grandes empresas, que afectará a todas las sociedades que superen los 250 millones de euros de cifra de negocios. Estas medidas forman parte de un plan de austeridad, el segundo que aprueba el Gobierno francés desde finales de agosto, para adaptar los esfuerzos de reducción del déficit a la revisión a la baja del crecimiento a un 1% para el 2012.

Todo ello convertirá el presupuesto de Francia del 2012 en el "más riguroso desde 1945", con una reducción del gasto de 1.500 millones de euros. El objetivo es alcanzar el déficit 0 en el 2016.

"La palabra quiebra no es una palabra abstracta, hay que apretarse el cinturón si no queremos una política impuesta por otros, lo hacemos por la nación y las generaciones futuras", ha argumentado Fillon para justificar las medidas, que incluyen avanzar la aplicación de la controvertida decisión de pasar la edad legal de la jubilación de los 60 a los 62 años. En lugar de aplicarse progresivamente hasta el 2017, se hará antes del 2016.

A seis meses de las elecciones presidenciales, el plan prevé también una reducción del gasto de las campañas electorales y la congelación del sueldo del presidente y de los miembros del Gobierno. Fillon ha pedido a los directivos de las grandes empresas del país que hagan lo mismo.

En el 2012, se congelarán también los baremos del impuesto sobre la renta, el impuesto de solidaridad sobre la fortuna y el de sucesiones. Eso implica que las familias que vean aumentado su salario pueden pasar al baremo superior y, en consecuencia, pagar más impuestos. Según Fillon, en el 2016, el gasto del Estado se reducirá a la mitad.

De acuerdo con los cálculos del Gobierno, el plan supone un esfuerzo de ahorro suplementario de 67.000 millones de euros de aquí al 2016, que se añaden a los 12.000 millones economizados con el plan aprobado a finales de agosto, en el que se impuso una tasa especial para los más ricos y se encareció el precio del tabaco y el alcohol.