Francia se encuentra ya en recesión puesto que al decrecimiento del 0,3% en el segundo trimestre del año le sucederán caídas del 0,1% en el tercer y el cuarto trimestres, según los pronósticos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE). El INSEE prevé un crecimiento anual de solo el 0,9%, rebajando en siete décimas su previsión anterior del 1,6%.

Como ha ocurrido en España con la palabra crisis, la mayoría de los gobernantes franceses, como la ministra de Economía, Christine Lagarde, esquivaron ayer el término recesión y prefirieron la expresión "crecimiento muy débil". Solo el ministro del Presupuesto, Eric Woerth, calificó la situación de "recesión técnica", que es la que se produce cuando hay dos trimestres seguidos de caída del producto interior bruto (PIB). La anterior recesión data de 1993. El INSEE achaca la recesión al descenso del poder adquisitivo de las familias (-0,4% en el segundo trimestre y un pronóstico de -0,3% y -0,1% en el tercero y el cuarto), a las restricciones del crédito bancario, a las dificultades del mercado inmobiliario y a las malas cifras del comercio exterior. Estas previsiones se traducirán en la destrucción de 52.000 empleos en el segundo semestre (la tasa de paro subirá del 7,2% al 7,4%).

COMPRA DE VIVIENDAS Para tratar de enmendar la situación, el Gobierno ha tomado varias medidas, entre las que destacan la inyección de 20.000 millones para facilitar los préstamos a las pequeñas y medianas empresas y la compra por el Estado de 30.000 viviendas proyectadas que no se habían empezado a construir por temor a no venderlas. La oposición socialista niega que la recesión obedezca a la crisis financiera, sino más bien a la "errónea" política económica del presidente Nicolas Sarkozy.

Una política que vuelve a exhibir sus contradicciones. El jueves, el influyente consejero especial de Sarkozy, Henri Guaino, declaró en Canal + que, frente a la actual crisis económica, "los criterios de Maastricht no son la prioridad de las prioridades".

Esta opinión de un conocido antieuropeísta como Guaino sublevó ayer a ministros y parlamentarios del partido gubernamental, la UMP, reunidos en unas jornadas en Antibes.