La decisión de la multinacional francesa Renault de crear 400 nuevos empleos en Francia para atender la creciente demanda del Clio causó ayer tensiones entre París y Ljubljana. Eslovenia acusó a París de repatriar la producción en lugar de ampliar la plantilla de la factoría eslovena donde se producía ese coche como consecuencia del plan francés de ayuda al automóvil. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, calificó las críticas de injustificadas y aseguró que Renault no recortará ningún empleo en las fábricas que posee en Eslovenia.