El Gobierno francés estudia suprimir, como parte de un plan de solidaridad, una jornada festiva al año para financiar ayudas para los ancianos, principales víctimas de la pasada ola de calor que puede haber causado más de 10.000 muertes."Sería un día trabajado en beneficio de la solidaridad nacional", ha dicho el secretario de Estado de las personas mayores, Hubert Falco, quien ha explicado que se trata de una proposición que ya es un hecho en algunos países, como Alemania.El objetivo es que las cotizaciones sociales correspondientes a ese día suplementario se sumarían a los fondos destinados a mejorar el cuidado de los ancianos, ya sea en residencias o en sus domicilios, ha añadido el secretario de Estado.'Vejez y solidaridad'La medida forma parte de un futuro programa plurianual Vejez y solidaridad que el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, se ha comprometido a financiar después de que la ola de calor pusiese de manifiesto las malas condiciones en que viven muchas personas mayores en Francia, sobre todo en las grandes ciudades.A consecuencia del fortísimo calor, miles de ancianos fallecieron en asilos o en sus domicilios y los familiares de entre 300 y 400 de los que vivían en París no han reclamado aún, tres semanas después, sus cadáveres, lo que ha obligado al Ayuntamiento a crear una célula de crisis para localizar a los allegados.Raffarin ha asegurado que quiere convertir la vejez en "una causa nacional" durante la reunión de más de tres horas que mantuvo el martes, por primera vez, con responsables de organizaciones profesionales del cuidado de los ancianos.El primer ministro, que además de abogar por "medidas urgentes" se ha mostrado dispuesto a hacer una política de medio y largo plazo, ha asegurado que tratará el asunto "con la misma energía puesta en la reforma de las pensiones".