Para no sumar ni un solo drama más a los 23 suicidios de trabajadores de la compañía France Télécom registrados en tan solo 18 meses, el estado francés --accionista de la operadora-- obligó ayer a su telefónica a tomar medidas. En esta línea, el presidente de la compañía, Didier Lombart, anunció la suspensión temporal de los traslados de trabajadores --el aspecto que más angustia a los empleados--, la puesta en marcha de un dispositivo médico y una negociación con los sindicatos para cambiar los planes de reestructuración de la empresa.

Lombart se comprometió también a atajar "la espiral infernal" de suicidios, que provocó un fenómeno de "contagio". El pasado viernes, una empleada de 32 años se quitó la vida tirándose por la ventana de su oficina en la empresa. France Télécom tiene 100.000 empleados.