EL GOBIERNO galo dio ayer el paso definitivo para la privatización de la mayor operadora de telecomunicaciones del país al lanzar una operación pública de venta del 9,6 %, con lo que su participación en la empresa quedará por debajo del 50% del capital. Con esta operación, el Ejecutivo francés ingresará unos 5.000 millones de euros, que se dedicarán al reembolso de la deuda pública.