Como ha venido haciendo en los últimos años su antecesor Jaime Ponce, la candidata del Gobierno a presidir el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Paula Conthe, ha evitado este miércoles dar una posible cifra final de recuperación de las ayudas públicas multimillonarias inyectadas a la banca en la crisis anterior. "Podemos decir cuánto hemos gastado, pero es muy difícil decir honestamente cuánto vamos a recuperar", ha asegurado durante su comparecencia en la comisión de asuntos económicos del Congreso.

La alta funcionaria ha recordado que el organismo público inyectó 58.871 millones de euros en el sector en forma de capital a entidades quebradas y de garantías a sus compradores, de los que por el momento solo se han recuperado 5.918 millones (10% del total) por la venta de entidades nacionalizadas, el repago de los instrumentos de deuda convertibles en capital y los intereses obtenidos por dichos instrumentos. "Cuánto vaya más allá de eso dependerá en buena medida de la fusión de CaixaBank y Bankia y lo que se pueda de ahí extraer", ha apuntado tras recordar que los 2.152 millones aportados al banco malo Sareb se dan ya por perdidos.

La hija del que fuera presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) Manuel Conthe ha defendido que la integración permitirá aumentar la recuperación de ayudas. Así, ha recordado que el asesor del FROB, el banco de inversión Nomura, calcula que la unión generará un 45% de valor para los accionistas de Bankia respecto a la cotización en bolsa del banco antes de que se anunciasen las negociaciones entre las dos entidades. Con todo, y aunque no lo ha citado, la operación provocará pérdidas al Estado en un primer momento y solo elevará la ayuda considerada recuperable a 4.150 millones, apenas un 17% de los 24.069 millones inyectados al grupo BFA-Bankia, según informó este diario.

PEQUEÑAS VENTAS

Conthe, también al igual que su antecesor, ha destacado que la fusión incrementará las opciones disponibles para que el FROB venda su participación en la nueva CaixaBank, ya que sus acciones serán más líquidas (habrá más negociación por la mayor demanda) y estarán sustentadas por una entidad más rentable en la que la participación pública será inferior a la actual (16%, frente al más del 60% en Bankia). En esta línea, ha dejado la puerta abierta a seguir vendiendo grandes paquetes de acciones en bloque a grandes inversores (como en el 2014 y el 2017), pero también a la novedosa fórmula de realizar pequeñas colocaciones diarias en bolsa (como ha realizado el Reino Unido con Lloyd's).

La futura presidenta del FROB -que ha recibido un apoyo mayoritario de la comisión para ocupar el puesto al que le ha aupado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño- también ha asegurado que existe "cierto margen" para que se produzcan más fusiones bancarias. "Estamos todavía en lo que se denomina un nivel de concentración moderadamente bajo. Es verdad que sube un poco con las últimas operaciones y que los ratios son mayores que en otros países europeos, pero también porque el proceso de reestructuración en España está muchísimo más avanzado", ha argumentado.

Conthe se ha mostrado comprensiva con los temores a que la concentración redunde en una menor competencia que vaya en detrimento de la calidad de los servicios bancarios o lleve a la exclusión financiera de los núcleos rurales. Sin embargo, ha mantenido que la experiencia de anteriores fusiones ha probado que los mayores ajustes de plantilla y oficinas se producen en lugares densamente poblados. Asimismo, ha mostrado "toda la confianza" en que los gestores de la nueva CaixaBank emprenderán el recorte de empleos y plantilla que conllevará la fusión de la forma "más razonada y equilibrada posible".