Si alguna desventaja tenía Londres para los turistas españoles es que era una ciudad cara. Muy cara. Desde un billete del metro hasta un sándwich cualquiera se pagaba, hasta hace muy poco, a precio de oro. La libra llegó a costar 1,75 euros en el 2000 y hasta hace un año se pagaba siempre a más de 1,40 euros. Pero la espectacular caída de la moneda británica en el último mes, junto con las rebajas, que comenzaron el día de San Esteban con mayores descuentos que nunca (hasta un 70%), han convertido de golpe a Londres en estas vacaciones en un paraíso de las compras baratas.

El pasado 24 de diciembre, el último día en que el Banco Central Europeo establecía el cambio oficial antes del largo puente de Navidad, la libra solo costaba 1,05 euros, un mínimo histórico desde la introducción del euro, hace nueve años. Además, los especialistas pronostican que hoy, al volver a abrir los mercados financieros, la moneda inglesa seguirá en descenso, acercándose a una paridad total con el euro.

Las consecuencias son nefastas para los propios británicos que, en plena crisis económica, ven además encarecer sus viajes a Europa --la industria turística española sufrirá severos daños colaterales si los ingleses dejan de venir a las costas--, pero para los españoles (y el resto de europeos) se produce un fenómeno que es un calco del que ya se dio con el dólar: si la fuerza del euro originó el año pasado --y este-- un popular puente aéreo de turistas-compradores de Barcelona y Madrid hacia Nueva York, ahora es Londres la que podrá captar buena parte de ese turismo que no solo quiere pasearse por la ciudad, sino también ir en busca de auténticas gangas. Además, Londres le gana a Nueva York por su cercanía, por lo que el vuelo es bastante más barato y la estancia puede ser más corta.

Los aviones hacia Londres ya iban todos repletos estos días, pero eso ya es normal por Navidad. La mayoría de españoles aún no habían contratado su viaje pensando en el descenso de la libra, por ser un fenómeno muy reciente: en octubre aún estaba a 1,28 euros y, a finales de noviembre, a 1,20. Los que ya están ahí, o los que irán los próximos días --las agencias ya señalan un aumento de las reservas--, se encuentran ahora no solo con un cambio, casi, de un euro por una libra, sino también con la ventaja añadida de unas espectaculares rebajas inducidas por la fuerte crisis que sufre todo el comercio al por menor en Gran Bretaña. Desde 1983, las tiendas inglesas no habían vivido un descenso de ventas como este año.

La campaña prenavideña ha sido de las peores que recuerdan. De ahí los recortes tan grandes en los precios para deshacerse del estoc. El anuncio de que las rebajas llegarían hasta un 70% del precio original causó un colapso en las calles más comerciales el pasado viernes, el tradicional día del inicio de las rebajas, el Boxing Day Sales.

El aluvión de compradores se prolongó hasta el sábado e incluso ayer, con la mayoría de las tiendas abiertas. Ese viernes, el gigante Selfridges, unos grandes almacenes en Oxford Street de Londres, logró su récord histórico, al alcanzar en una hora ventas por un millón de libras.

Mucha gente apostaba por productos normalmente inalcanzables, como vestidos y abrigos de Stella McCartney y Balenciaga, que habían sido rebajados de 1.400 libras a 350. Y ante las puertas del famoso Harrods, que inició las rebajas el sábado, se formó una cola de cientos de personas solo para un bolso de Gucci por 200 libras, la mitad del precio original.

CIERRE DE TIENDAS Aun así, la avalancha de compradores no ha podido salvar varios establecimientos históricos. Después de la cadena Woolworths han entrado los últimos días en suspensión de pagos Savvi (la antigua Virgin Megastore), MFI y Adams. Las liquidaciones en estas tiendas de electrodomésticos, música o ropa llenaron también sus pasillos, por última vez, mientras que sus trabajadores ya sabían que serían sus últimas Navidades en estos comercios.

Son datos preocupantes en una de las mayores economías europeas que, sin embargo, no preocupan demasiado a los turistas que desde el continente --y también de Estados Unidos, igualmente con un mejor cambio dólar-libra-- se lanzarán en las próximas semanas de compras a la siempre atractiva ciudad de Londres.