Francia intenta compensar su importante déficit con una nueva subida de la fiscalidad del tabaco. Además de los propósitos de enmienda ante las autoridades de la UE, ésta es la primera medida efectiva que adopta el Gobierno conservador del país.

En Alemania, enferma de idéntica patología financiera, los dirigentes socialdemócratas son más drásticos: se ahorrará adelgazando su admirado Estado del bienestar, una iniciativa que sólo un Ejecutivo progresista tiene fuerza moral para abordar. Como aquellas crudas reconversiones industriales que vivió España en los 90.