Kenneth Lay, fundador y expresidente de Enron, el gigante energético tejano, cuya bancarrota en el 2001 causó un terremoto en los medios empresariales y financieros estadounidenses, se entregó ayer a la justicia, tras ser acusado de 11 delitos cometidos para engañar a los accionistas y al Gobierno sobre la situación real de la empresa.

Además de este procesamiento, la Comisión del Mercado de Valores (Securities and Exchange Commission) presentó también ayer contra Lay una demanda civil, en la que se le acusa de haber hecho declaraciones fraudulentas y de realizar transacciones ilegales con información privilegiada, gracias a las cuales se embolsó 90 millones de dólares en el 2001.