La constitución de la "fusión fría" que protagonizarán Cajastur, Caja Mediterráneo (CAM), Caja Extremadura y Caja Cantabria entra mañana en su fase final en una semana en la que las asambleas generales de estas entidades votarán la aprobación de este Sistema Institucional de Protección (SIP). El pasado mayo los consejos de administración de estas cuatro cajas aprobaron el acuerdo del que nacerá la quinta entidad financiera de España a través de una fórmula que les permitirá compartir riesgos, pero mantener sus marcas diferenciadas, y que fue bien acogida por los respectivos gobiernos regionales.

La caja asturiana, inmersa en la absorción de Caja Castilla La Mancha (CCM), celebra mañana asamblea general extraordinaria para aprobar su integración en el SIP. El Banco de España dejará de administrar CCM, una vez que haya concluido el proceso registral, administrativo y jurídico y que Cajastur asuma el negocio financiero de la entidad castellano manchega, que conservará como banco su marca y su logotipo aunque pase al Banco Liberta de la entidad asturiana.

Banco Liberta informó hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que el negocio bancario de Caja Castilla La Mancha se integra en el Grupo Cajastur a consecuencia de la elevación a públicos de los acuerdos del banco y CCM, cuya asamblea ya aprobó en junio su integración en la caja asturiana. CCM informó ayer de la devolución de las participaciones preferentes emitidas en junio de 2009, dos meses después de su intervención por el Banco de España, por valor de 1.300 millones de euros, que fueron suscritas en su totalidad por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de las Cajas de Ahorros, circunstancia aplaudida hoy por los sindicatos CCOO y UGT y el gobierno regional.

El viernes, la CAM y Caja Extremadura celebran también asambleas generales extraordinarias para aprobación la "fusión fría", unión que el día siguiente será debatido en la asamblea de Caja Cantabria. La semana pasada, representantes de las cinco cajas que integran el SIP -incluida CCM- y los sindicatos CCOO, UGT y CSI-CSIF firmaron el acuerdo de garantías laborales de los 14.000 empleados del grupo. El quinto grupo financiero del país tendrá con un volumen de activos superior a 135.000 millones.

La alianza, que se fraguará con la creación de un Sistema Institucional de Protección (SIP), recibe una ayuda del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de 1.493 millones y permitirá a las cajas compartir su solvencia. De hecho, con datos a cierre de 2009, el nuevo grupo tiene un ratio de Tier 1 -recursos de mayor calidad- del 9,3%, que se reduciría hasta el 7,8% a cierre de 2011, según el escenario hipotético más adverso de las pruebas de solvencia publicadas recientemente.

El 27 de julio, el presidente de la CAM, Modesto Crespo; el de Cajastur, Manuel Menéndez; el de Caja Extremadura, Víctor Bravo; y el de Caja Cantabria, Enrique Ambrosio, firmaron el contrato del SIP. Este acuerdo llegó un día después de que el consejo de administración de la CAM acordara aprobar su participación en la "fusión fría" y después de que la entidad alicantina incorporara algunas "aclaraciones". Estas "aportaciones" hacían alusión a las delegaciones de poder del futuro consejero delegado del nuevo grupo, cargo que podría recaer en el presidente de Cajastur, Manuel Menéndez.

Ese aspecto era el principal motivo de reticencias para que la caja alicantina diera el visto bueno final al proyecto, tal y como reconoció a mediados de julio, cuando aceptó el contrato del SIP con la excepción de delegar las facultades en el consejero delegado. El Banco de España instó a la CAM y a Cajastur a resolver sus diferencias, lo que en el sector se interpretó como una clara advertencia a la caja alicantina.