Los ministros de Finanzas y los gobernadores de bancos centrales del Grupo de los 20 (G-20) se reúnen hoy y mañana en Saint Andrews (Escocia) con la misión de que se mantengan las medidas anticrisis. El objetivo es profundizar en las iniciativas acordadas en la pasada cumbre de Pittsburgh (EEUU) para afianzar la recuperación.

Los participantes en esta cita, representantes de las economías más ricas del G-7 y las emergentes, deben consensuar cómo mantener el compromiso de que ningún país retire los estímulos fiscales antes de que pase la crisis. Esta meta tropieza, sin embargo, con el escollo de que en algunos países, incluidos Alemania o el Reino Unido, empiezan a escucharse voces que piden con urgencia reducir el déficit público acumulado con los planes de rescate y de ayuda a la economía y a las instituciones financieras.

Ayer, la oenegé Oxfam pidió al G-20 un impuesto sobre transacciones bancarias con el que ayudar a las personas afectadas por la crisis y por el cambio climático. Este segundo tema se tratará en el encuentro, que se prevé tumultuoso por las diferencias de criterio sobre su financiación. En vísperas de sustituir al Protocolo de Kyoto, que expira en el 2012, los países ricos y más contaminantes deben acordar cómo ayudar a los pobres a reducir emisiones sin frenar su desarrollo.