La continua caída del dólar, que facilita las exportaciones estadounidenses pero frena las europeas, centrará el interés de los dos días de reuniones iniciados ayer en Boca Ratón (Florida) por los ministros de Economía y Finanzas del grupo de los siete países más industrializados del mundo, G-7.

Aunque Estados Unidos dice que prefiere un dólar fuerte, acudió a la reunión dando muestras de que prefiere que sean los mercados quienes fijen la cotización de su divisa, que ha perdido un 25% de su valor con respecto al año pasado. "Me mantengo al margen de cuál es la posición del dólar contra otras monedas", confirmó ante el Congreso esta semana el secretario estadounidense del Tesoro, John Snow.

La inactividad de Washington ante la creciente debilidad de su divisa se explica por el efecto benéfico que tiene sobre las exportaciones de EEUU, al abaratar el precio de sus productos.

SUBEN LAS VENTAS EXTERNAS Las ventas externas crecieron un 19,3% en el último trimestre de 2003, como resaltaron muchas empresas. Una agrupación de exportadores, la Coalición por un Dólar Solvente, envió incluso una carta a Snow para que resista las presiones de intervenir para frenar la caída de la divisa.

En Europa, la fortaleza del euro contra el dólar dificulta las exportaciones. Por eso, los ministros de finanzas de la eurozona llegaron a Florida dispuestos a abogar por que Washington deje su apoyo a la "flexibilidad" de los tipos de cambio, tras la cual se esconde su falta de acción para frenar el descenso del dólar, y apoye la "estabilidad" en los mercados monetarios.

"La Administración de Bush quiere que continúe ordenadamente el declive gradual del dólar, mientras que los europeos desean detener la subida del euro", explicó Fred Bergsten, director del Instituto de Economía Internacional de Washington, al ilustrar el ambiente en que se iniciaron ayer las reuniones del G-7, del que forman parte EEUU, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canada y Japón.

El récord del déficit por cuenta corriente de EEUU este año --previsto por la Casa Blanca en 521.000 millones de dólares-- y la renegociación de la deuda externa de Irak, que asciende a 120.000 millones de dólares, también estaban en la agenda.

MENOS PARO Por otra parte, la tasa de paro en EEUU bajó una décima en enero, hasta el 5,6%, y la economía creó 112.000 puestos de trabajo, según anunció ayer el Departamento de Trabajo. La tasa del paro ha sido mejor de lo esperado por los analistas, que contaban con mantener el 5,7%, aunque se esperaba una mayor creación de empleo.