Los siete países más industrializados y Rusia (G-8) aumentaron ayer la presión sobre los exportadores de petróleo, a los que reclamaron que pasen a la acción y aumenten la producción de barriles. Los principales consumidores de crudo advirtieron al cártel de la OPEP de que el encarecimiento del petróleo iniciado hace seis meses provoca un gran riesgo para la economía.

Los ministros de Economía y Finanzas del G-8 pidieron, al término de una reunión en Nueva York, un abastecimiento suficiente para "garantizar que los precios del crudo vuelvan a niveles acordes con una prosperidad y estabilidad económica mundial duradera". Trasladarán esta petición de manera individual a los miembros de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo, que el sábado aplazó hasta el 3 de junio la decisión sobre el incremento de producción del 8% propuesto por Arabia Saudí.

"Vamos a hacerles un llamamiento para que entiendan que la economía tiene que proyectar hacia el futuro su actual fase de recuperación y que los altos precios del petróleo pueden poner en serios riesgos el crecimiento económico", afirmó ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia. Añadió que se ha visto "la necesidad de que los miembros del G-8 trasladen estos razonamientos a los países productores con los que mantienen relaciones bilaterales".

En el debate influyó el fuerte incremento que ha sufrido el precio del petróleo, que recientemente alcanzó en el mercado de Nueva York el precio más alto de su historia, al superar los 41 dólares por barril.

ELOGIOS A ARABIA SAUDI "El alza del crudo supone un serio riesgo para la economía de los países productores y para los consumidores", dijo a la prensa el ministro francés, Nicolás Sarkozy, quien anunció su intención de reunirse en breve con los responsables de Argelia. Por ello, los países del G-8 se alegran "del aumento en la producción que ha decidido algún país con objeto de frenar la escalada de los precios", añadió, en referencia a la decisión de Arabia.

El ministro británico de Finanzas, Gordon Brown, consideró importante la decisión saudí, y, aunque esta iniciativa no cuenta con el respaldo unánime del resto de miembros de la OPEP, servirá "de medida de presión" para el resto de países.

La presión internacional parece que dio frutos ayer mismo. El presidente de la OPEP, Purnomo Yusgiantoro, manifestó que no pondrán problemas a la propuesta saudí, aunque insistió en que hay que esperar a la reunión prevista para el próximo 3 de junio en Beirut para su aprobación formal. Añadió que la producción total supone actualmente el 88% de la capacidad, por lo que todavía queda margen para ser aumentada.

Algunos países contrarios a un incremento, como Venezuela e Irán, se mostraron ayer más abiertos a la propuesta aunque defendieron aumentar la banda de precios de la OPEP, situada ahora entre los 22 y los 28 dólares por barril. El presidente venezolano, Hugo Chávez, culpó a la guerra de Irak y a la especulación de los inversores de la subida del precio del petróleo.