El próximo lunes y el martes las gasolineras corren el riesgo de quedar desabastecidas como consecuencia del paro convocado en toda España por la asociación de transportistas de mercancías, Fenadismer. Las petroleras han comunicado a las redes de estaciones de servicio que los próximos días 19 y 20 se puede producir ese problema.

"La cuestión es que la gente suele agotar el depósito el fin de semana esperando llenarlo el lunes o a principios de semana y es posible que no puedan hacerlo", advierte Albert Campabadal, de una asociación de estaciones de servicio. Además, después de dos días de paro, la vuelta a la normalidad suele llevar casi otro día más, advierte Campabadal.

El paro, coordinado a escala europea por distintas organizaciones de transportistas, tiene como objetivo reclamar unos precios por servicio por encima de los costes. En el último año, el coste medio del gasóleo, la variable más importante que soportan estas empresas, se ha incrementado en unos 9.000 euros (1,5 millones de pesetas), explica el presidente de Fenadismer, Julio Villaescusa.

El Ministerio de Fomento ha convocado para hoy una reunión entre transportistas y organizaciones de cargadores y empresas usuarias de transporte para negociar un alza de los precios que se pagan.

LA ECONOMIA SUMERGIDA "Solamente reclamamos que se asuma la ley del transporte y de defensa de la competencia, en las que se establecen los precios libres, excepto cuando éstos se sitúan por debajo de los costes", explica Villaescusa. También exigen control de la economía sumergida, que compite con precios todavía más bajos.

Fenadismer, que agrupa a unas 32.000 empresas, en su mayoría pymes, con más de 70.000 vehículos tiene previstas protestas tanto el lunes como el martes y ve poco probable que se den las circunstancias para desconvocar el paro de los días 19 y 20. Incluso augura "protestas más duras" en las próximas semanas en el caso de que no haya acuerdo. Otras organizaciones del sector no secundan la protesta a la espera de una solución.

El encarecimiento de los carburantes ha provocado un intenso debate en Europa, especialmente Francia, donde el Gobierno ha amenazado a las petroleras con un impuesto sobre sus beneficios derivados del alza del petróleo. Polonia fue ayer el primer país europeo en reducir la tributación sobre los carburantes para rebajar el precio de las gasolinas, algo a lo que es contrario, entre otros, el Banco Central Europeo.