Según explicó en una conferencia con analistas el vicepresidente de General Motors, John Smith, son necesarios "significativos recortes" en Opel para lograr su estabilidad a largo plazo "en cualquier plan de reestructuración que se plantee". Smith avanzó que General Motors estará preparada para presentar su plan de reestructuración sobre Opel "muy pronto", y aseguró que aunque preferiría llevarlo a cabo en un clima de acuerdos con los gobiernos europeos y los sindicatos, la compañía cuenta con un "plan B" por si fuera necesario.

El vicepresidente de General Motors reconoció que haber renunciado a Opel hubiera significado un gran "agujero" estratégico en la multinacional estadounidense. Así, este plan de reestructuración estaría en línea con el propuesto en un primer momento por el fabricante de componentes para automóviles austriaco-canadiense Magna, que cifró su propuesta en 10.500 despidos, aunque posteriormente fueron ajustados en algunos países como España, donde se redujeron hasta los 900.

Por su parte, el vicepresidente de Finanzas de General Motors Europe, Enrico Digirolamo, había asegurado anteriormente que la planta de Opel en la localidad zaragozana de Figueruelas será "clave" en la estrategia futura de la corporación para sus operaciones europeas. Digirolamo subrayó que la factoría aragonesa, que el pasado ejercicio alcanzó una producción de 423.000 unidades, ha sido una parte integral de General Motors durante los últimos 27 años.

El grupo estadounidense anunció ayer por sorpresa su decisión de mantener la propiedad de Opel, anulando así meses de negociaciones para vender la firma europea a un consorcio encabezado por Magna y respaldado por el banco ruso Sberbank.